sábado, 3 de noviembre de 2012

Disfrutando de la tranquilidad

Hace varios años que me instalé en Buenos Aires. Llegué a vivir desde México porque buscaba una ciudad que fuera un poco más linda y tranquila. Sé que muchos pensarán, ¡pero Buenos Aires tranquila? No, sin dudas que no es tranquila, pero es más tranquila que el DF de México. O mejor dicho, el DF de México es una locura. Una locura más grande que Buenos Aires. Entonces, elegí eso. Y para quien está acostumbrado a algo de este tamaño este lugar parece un poco más tranquilo. Y trato de tener una vida tranquila. Trabajo desde mi casa, hago diseño de interiores y tengo una oficina en Palermo. Usualmente zafo de la locura del centro. No es que no vaya hacia allí, muchas veces me toca ir a Florida y Corriente, pero evito los horarios críticos. Eso de viajar a las nueve de la mañana o a las seis de la tarde. Y con eso, la vida se vuelve más tranquila. Eso sí, en el subte hace calor. Algunos colectivos pusieron aire acondicionado, pero si uno quiere viajar rápido hay que tomarse el subte y en verano es muy complicado. ¿Qué esperan para ponerle aire acondicionado al subte? Y bueno, para mantener ese estilo de vida bacana, cuando no tengo tiempo no cocino, pido delivery. Me gusta cocinar, me relaja, pero volver tarde a casa y ponerse a cocinar, no vale el esfuerzo. Por unos pesos más puedo comprar comida y disfrutar de leer un rato un libro o mirar la televisión y distenderme. O distraerme un rato, porque mucho para ver en la televisión no hay. Mejor dicho, hay mucho pero o no encuentro demasiado que sea de mi gusto. Por empezar la mitad de los programas de la televisión de aire hablan de Tinelli. Y el resto de los canales de cable tienen productos de Hollywood que tienen todos la misma matriz de producción. Es como vivir una repetición constante.